Para la nomenclatura política de Reino Unido, Owen
Jones, es una especie de niño malo, vocero asiduo en los debates sobre los
asuntos públicos, sus dos libros "Chav" y "El Establishment: y cómo se
sale con la suya" le dan fuerza y
embrujo a sus argumentaciones. Es el nuevo oráculo de un sector de la izquierda
que ante la debacle filosófica y política del modelo del capital, trata de
poner sus barbas en remojo.
Graduado en Oxford, una de las universidades más
respetables del mundo, Jones, es un entusiasta de la lucha por los derechos de
los obreros, proviene de una familia de socialistas que le enseñó los valores
de la igualdad y la fraternidad.
En diversas entrevistas ha clarificado el uso del
vocablo que lo elevó a la fama Chav, “No es un término que identifica a una
tribu urbana ni a una subcultura juvenil, más bien apunta a la búsqueda de un
fallo individual como origen de los problemas. Tiene la intención de ser un
insulto que denigra a la clase obrera”.
Su Libro Chav: la Demonización de la clase Obrera, es
una denuncia contra el aparato ideológico de las elites culturales y
empresariales, que en su afán de asegurarse la hegemonía y el control de la
sociedad, buscan la manera de dibujar un culpable, descalificando al movimiento obrero a través
de la creación de un estereotipo que lo califica de parásitos, holgazanes y
flojos.
Con una argumentación original elabora un discurso
sobre los motivos que tiene el aparato político, para tratar de esconder y
acabar la contradicción fundamental en el modo de producción capitalista:
Capital contra trabajo, la cual se exprese con la existencia de dos clases antagónicas.
Owen afirma que a través de una campaña cultural se intenta crear la idea
de que en Reino Unido, la lucha de clases es un episodio finalizado, debido a
la existencia de una robusta clase media con beneficios económicos y conquistas
sociales importantes, y que el movimiento obrero es simplemente un grupo
anómalo de irresponsables y perezosos que no trabajan lo suficiente para
escalar socialmente.
Margareth Theacher fue la promotora
de un proyecto de domesticación política
de la clase trabajadora, que se repite con trazos e inconsistencias en otros
países del mundo. La importancia de un libro como Chav, es que desnuda las
interioridades del programa de reacondicionamiento del movimiento sindical e invita
a la reflexión acerca del papel que debe jugar el obrero en la actualidad.
El libro “Establishment:
y cómo se sale con la suya”, es un paseo por la idea acerca de cómo los grupos poderosos del Reino Unido, imponen sus
intereses al resto de la sociedad: “Estamos hablando de las
fuerzas y de las personas que realmente deciden por nosotros. Gente que no ha
sido elegida democráticamente y por la que nadie ha votado, pero que tiene una
gran influencia en la toma de decisiones a través de una red de conexiones
entre el mundo de los negocios, la política y los medios. En ese entramado
tienen un gran peso el sector financiero y los gigantes energéticos”
Es una historia
interesante, y bien escrita sobre el fenómeno de formación de los grupos de
poder en Gran Bretaña, desde la originaria sociedad Mont Pèlerin, hasta los modernos think tank, como el Adam Smith
Institute,
Institute of Economic Affairs, o la Heritage Fundación. Con
una prosa fluida, a la altura de las mejores crónicas, y una manera especial de contar, donde la
ironía y el cinismo tienen mucho que decir, éste periodista de The Guardian, configura la historia de las castas políticas a
través de una serie de entrevistas, realizadas en lujosos lugares y a
personajes que parecen sacados de una antología fantástica de la opulencia y la
exquisitez financiera. El rey de la blogósfera, el influyente y derechista Paul Staines, confiesa al
quejarse de la democracia: «No me da los
resultados que yo quiero, y además los pobres votan para robar a los ricos, lo
cual no me parece una manera justa de hacer las cosas [...]. Y es que la
democracia, cuando el derecho a voto es universal, siempre lleva a que los que no tienen nada
roben a los que sí tienen.»
Las contribuciones de Jones a la batalla de la
izquierda internacional son ingeniosos, y muy válidas, sin embargo están muy
lejos de la profundidad de Eric Hobsbawm, verdadero baluarte
del pensamiento marxista, quien describió la historia del siglo veinte, y fue
un estudioso de la vida contemporánea y agudo crítico de la sociedad Británica.
Su permanente
exposición mediática, la facilidad con la que cuenta para expresar sus ideas,
hacen de Jones un personaje singular que despierta sospechas dentro de la
izquierda tradicional. No es extraño pensar que el joven historiador pueda
formar parte de una nueva corriente reformista que trata de imponerse en el
mundo contemporáneo, en sustitución de las tradicionales ideas socialistas, y
que en el pasado tuvo sus ecos en el llamado eurocomunismo. Jones representa lo
que en algunos países latinoamericanos se llamó en el tiempo de las
revoluciones armadas la izquierda glamurosa o exquisita, y que ahora ante el
evidente fracaso del modelo del capital, busca afanosamente las maneras de ser
una alternativa política en la era contemporánea. Afortunadamente para el mundo
de hoy, un soldado venezolano llamado Hugo Chávez, demostró que es posible la
construcción de un socialismo humanista dentro del marco de las leyes y la
constitución en el siglo XXI.
Luis Figuera / @LuiFiguera
Luis Figuera / @LuiFiguera
Muy buen artículo, me gusto la sucinta referencia a Thatcher y Hobsbawn. Me pregunto si el autor de verdad conoce en carne propia la gestión de Hugo Chávez y sus políticas en Venezuela o si lo admira desde el desconocimiento del extranjero. Chávez es una figura entronizada por simpatizantes de la izquierda actual extranjera que por lo general no conocen la realidad del venezolano. Venezuela hoy sufre de una crisis alimentaria, educativa (a nivel básico, medio y superior. Un profesor universitario gana menos que un barrendero). Los venezolanos hacen colas interminables cada día para adquirir alimentos de la canasta básica y solo pueden adquirirlos un día a la semana porque existe una regulación según su numero de cédula. La ciudad de Caracas es una de las más peligrosas del mundo, pues cuenta con uno de los índices de criminalidad y asesinato más altos de Latinoamérica. Desde mi óptica, como venezolano y como joven estudiante de la política, creo que quienes simpatizan con Chávez, deberían recorrer las calles de Caracas y conocer el día a día del venezolano, en lugar de apoyar acríticamente el régimen de ese hombre de izquierda que fue Hugo Chávez. Esto no solo para conocer realmente una realidad sofocada por el control total que tiene el Estado venezolano de los medios de comunicación en el país, sino también porque la autocrítica de la izquierda en la actualidad es de vital importancia para un devenir provechoso para quienes simpatizan con las ideas de Marx.
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