
“Siria ha sido destruida delante de nuestros ojos. La nación ha colapsado en el campo de batalla más caótico y mortífero del mundo. Los lazos que mantenían unida a la nación se han desintegrado”, declaró el presidente de la comisión, Paulo Sergio Piñeiro, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Los sirios describen un país irreconocible. La vida como la construyeron y la conocían se ha desmoronado y su única opción es huir", añadió.
La comisión presentó hoy ante el plenario del Consejo, su último informe sobre Siria, que relata nuevamente las atrocidades, vejaciones y múltiples violaciones a los derechos humanos que se cometen diariamente en ese país.
“El profundo sufrimiento humano, que hemos visto durante años en los hospitales sirios y en los campos de refugiados de los países vecinos, está grabado en las demacradas caras de los refugiados apiñados en las estaciones de trenes y en los descampados tras las alambradas en las fronteras de Schengen”.
“Esto es la consecuencia del fracaso de lograr la paz en Siria“, recalcó.
Asimismo, aclaró que la única solución para una crisis de refugiados que se ha convertido en mundial es la resolución pacífica del conflicto bélico.
“La crisis de refugiados -que ha existido durante años en Turquía, Líbano, Jordania e Irak- es consecuencia del conflicto sirio. Las dos están totalmente ligadas. Es imposible resolver una sin la otra”, insistió.
“El éxodo sirio se basa en el hecho de que los civiles son las primeras víctimas de los ataques de los beligerantes“.
El presidente indicó que es responsable de construir el momento necesario para “atraer a los contrincantes a la mesa de negociación. Esto es especialmente necesario en el caso de los países con influencia”.
También, Piñeiro volvió a arremeter contra los países que transfieren dinero y armas a las partes beligerantes.
“Los países que entregan armas tiene obligaciones morales y legales. La responsabilidad por los crímenes cometidos con dichas armas recae no sólo en los que la portaban sino en las que se las dieron, sean éstos actores estatales o no estatales”.
Además, Piñeiro definió “la ilusión de un victoria militar” como “grotesca”.
“Los estados no pueden continuar afirmando que apoyan una solución negociada mientras arman a los beligerantes, no cumplen con los servicios humanitarios, y se sorprenden de que la crisis de refugiados se extienda. Los intereses nacionales o regionales necesitan quedar de lado. Las víctimas sirias lo merecen”, terminó.
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