Científicos estudian el extraño caso del decapitado más antiguo de América

Un equipo de científicos descubrió en 2007 en el este de Brasil, una cavidad en la cual se hallaban cuerpos enterrados, hallazgo bastante peculiar en ese momento. Los excavadores encontraron la calavera de un hombre y sobre su cara, o lo que quedaba de ella, habían colocado sus dos manos tapándole los ojos; destacando en la mandíbula y las vértebras marcas de corte indicando que fue decapitado.


La decapitación es un comportamiento normal en los pueblos ancestrales de América, ya que este y otro tipo de sacrificios formaban parte de los rituales bélicos y religiosos de los incas y otros pueblos; sin embargo, el hallazgo se produjo en la cueva brasileña de Lapa do Santo, bastante retirado del sitio donde comúnmente se hacían estos sacrificios: los Andes.
“En Europa, durante el periodo Magdaleniense, se conocen casos en los que la parte superior del cráneo era preparada para usarse como recipiente, pero no hay signos de decapitación tan clara como en este caso”, explica el científico español Domingo Salazar-García, quien fue uno de los descubridores.
Al analizar el cráneo de la tumba 26, los expertos comprobaron que, más allá de las marcas de corte, no tenía otras lesiones que podrían mostrar que su cabeza fue conservada como trofeo. “Además, estos objetos solían exhibirse durante un largo tiempo y en este caso sabemos que le enterraron poco después de morir”, detalla Salazar-García.

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