El ruso Andrei Karpov es uno de los mejores ejemplos de un hombre que no sabe cuándo dejar una mesa de póquer.Tan desesperada llegó a ser su situación en una de las partidas de póquer que estaba jugando, que para permanecer en la mesa puso a su mujer como pago una vez se quedó sin dinero.El caso es que siguió jugando y perdiendo por lo que finalmente le toco pagar con su mujer a Sergey Brobov (el jugador que le quitó todo).Por supuesto Brodov fue horas más tarde al domicilio de Karpov a reclamar su premio. Y al llegar lo que no esperaba el perdedor es que su mujer, Tatiana, estuviera de acuerdo con aquello.Tatiana decidió divorciarse de Karpov y casarse después con Brodov.
- "Fue humillante, estaba avergonzada. Pero aquello me hizo ver que tenía que dejar a mi marido de una vez por todas."Dijo Tatiana. Y añadió:"Sergey era un hombre muy guapo, encantador y estoy muy contento con él. Habría tomado la misma decisión sin la partida de póquer."
- "Fue humillante, estaba avergonzada. Pero aquello me hizo ver que tenía que dejar a mi marido de una vez por todas."Dijo Tatiana. Y añadió:"Sergey era un hombre muy guapo, encantador y estoy muy contento con él. Habría tomado la misma decisión sin la partida de póquer."
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