Ángel Stanich, el outsider del pop español. Por Luis Figuera

Tal vez  es un trabajo de mercadotecnia, quizás sea la actitud de un joven rebelde tocado por la Diosa Niké, pero la información  de Angel Stanich, es escasa, apenas se consiguen en la red dos o tres artículos, sobre éste curioso personaje que ha logrado despertar el entusiasmo musical de una España en crisis.
De él  se han comenzado a decir muchas cosas, desde que es un proyecto secreto de la Sony, hasta comentarios que lo catalogan de fenómeno de la música pop. Su página oficial lo define “como el más flagrante enigma del Pop español, y como un genial ermitaño dueño de un anormal talento para componer seductoras canciones de un surrealismo perverso”.

No es casualidad que en los pocos artículos que se consiguen  flote la pregunta ¿Quién es Angel Stanich?, no hay que ser un profesional, estilo Metralleta Joe, para entender que existe una  trama en la que los representantes del músico van dejando pistas que conducen a otras pistas, y que terminan en el universo musical del cantautor nacido en Santander.

Hasta algunos años su nombre no figuraba en ningún catalogo importante. Rolling Stone, no lo mencionaba en su ranking de promesas, como lo demuestra un artículo del 10 de marzo de 2011 titulado los Diez Cantautores Españoles que Debes Conocer, y donde no aparece,  tal vez por eso la disquera trabaja la idea de preguntar por un músico que de golpe y porrazo irrumpe en el escenario de una manera tan atrevida e inusual, y logra captar la atención de un amplio sector de la juventud española que agobiada por la crisis económicas, hace colas al frente de los garitos para escuchar al cantante de Metralleta Joe.

Rolling Stone afirma que apareció una noche de domingo en el Open Mic Pucela, muchos chavales españoles creen que los fines de semana son distintos desde esa noche en la que  guitarra en mano, se presentó como un viejo vaquero y dijo venir de un pueblo del oeste indómito, surcado por polvorientos caminos y donde muchos se pierden en El Cruce, <Estuve en el cruce/ obtuve la ley, / es la montaña quien sube/ la tabla Moisés. La tabla de un surfer/ aquí estuvo el rey/ el “rey lagarto”. The Trooper ahora es una mujer.

Stanich, es un músico inteligente que le pone ritmo a  los surcos de la vida cotidiana. Sus canciones son frescos urbanos que respiran el olor putrefacto de la irreverencia, el tufo de los bajos fondos, la sordidez de las periferias urbanas, donde perro come perro.

Su primer disco es una muestra itinerante de cinismo y talento que conjuga los acordes de  tristes  guitarras sureñas, con una voz ronca, de borracho despechado, y un montón de letras irreverentes, que describen la vida desde la perspectiva de héroes fracasados, de modernos truhanes en el viejo oficio de la picaresca.

Camino Ácido es un viaje o una invitación a perderse como lo hace El Outsider < último aviso para los que se parten/ entre peligro y dinero fácil…Y me diste un pico/ de esperanza en un taxi/ Tú me dijiste “tranquilo…Soy  la Chica del gangster  / Y yo siempre tan triste, / a la par que elegante. / Te tire un saludito/ sin ni siquiera mirarte. >

La música de camino ácido  es la de los tiempos que corren y sacuden al joven contemporáneo, un discurso narrativo desde el ADN de la cinematografía, con menciones constantes a personajes de la pantalla grande, con el ritmo que imponen los nuevos musicales estilo MTV, y la nostalgia de una guitarra rockera.

De Stanich se podría decir parodiando a Neruda. “Todo en él fue naufragio”, su aspecto recuerda a los muchachos irreverentes de la generación Beat,  su música es un crisol de influencias que van desde clásicos como Dylan hasta Nacho Vegas,  su voz es casi un susurro inaudible que  ha logrado atrapar  a miles de jóvenes españoles que en los karaokes lo imitan  <Dime qué puedo hacer para no echarte de menos/ dime qué voy a ser, carretera o trueno. Nunca pierdo la paciencia…Pero estuve Bebiendo. / Dime qué puedo hacer, y que no resulte violento>, afirma Stanich, en Mis Trueno89, tal vez la canción mejor preparada de su primer disco.


Saludamos la irreverencia de este freak del pop, capaz de hacer gritar de furor a los chavales españoles, esperemos que ese canto dure más que el del Koala y su “Opa yo Viaze un Corral”.

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